El insomnio carcome mis huesos y me hace replantearme la ingente
cantidad de noches perdidas. Y eso establece un nexo directo neuronal
con mis recuerdos sobre aquellas ganadas en vela.
Debo de tratarme de un animal nocturno, no
sólo por el hecho de que me gusta dormir de día, sino por el de que cuando más
he aprendido ha sido de madrugada.
De madrugada siempre ha sido cuando me han
enseñado a amar las primeras veces, cada una de ellas de su forma divergente.
De madrugada ha sido cuando he investigado y buscado, me he
enseñado a mí misma, he leído, he estudiado, he tocado y sentido, y cuando he
escuchado.
De madrugada siempre ha sido cuando he
pensado, cuando me he dedicado un momento para mirarme en el espejo tras un
largo día y sonreírme por primera vez. La primera vez al día para sentirme bien
conmigo misma porque no hay nadie con quien fingir.
De madrugada es cuando me paro y
reflexiono sobre las cosas que he dicho, pero no os confundáis, no soy de darle
demasiadas vueltas a las cosas, es sólo que nunca me gusta hacer sentir mal a
nadie con mis palabras, aunque esté diciendo la verdad más dura. Y pese a que
no me guste, lo hago. Estaré hecha de números, y mi pensamiento se reducirá a
la ciencia, a poder ser empírica, pero sé que el factor sentimental mueve al
procedimental, y que las palabras mueven sentimientos. No sé, se puede decir que me gusta plantearme qué reacción será movida por mi acción, centrándome en mi acción.
Dejándonos de desvaríos somnolientos, y siendo sinceros, el día es la parte que
dedico a la realidad, y la noche esa fracción de mí que se compone de sueños.
Es sólo que me gusta soñar despierta.
Así estoy siempre, quedándome dormida
cuando me dejas más de lo necesario en reposo, ya sea sentada o en el suelo.
Incluso a veces hablando, cuando las cosas no me interesan y se apaga mi
atención, tan selectiva ella.
Será que me doy cuenta de que me gusta dormir, pero me gusta más
estar descansada. Pensad en la de horas que pierdes y nunca recuperas cuando te
dedicas a abrazar una almohada.
Será que me gusta más abrazar personas o ideas.
Será que de madrugada me abrazo a mí misma, como persona e idea.