domingo, 17 de abril de 2011

Volemos, anda.

Bien, primera entrada.
La verdad es que no sé muy bien qué poner, o qué se suele poner, pero varias personas ya me han recomendado que me haga un Blog, y he visto unos pocos, me han gustado bastante, y aquí estoy.
Así que espero que con el tiempo empiece a dominar esto, lo más pronto posible esperemos, y que nada, para no dejar esto un poco insustancial, voy a meterle un mini relato, que escribí hace no mucho, y del que estoy algo satisfecha.

Tendría unos ocho años e iba andando por las calles nocturnas de mi ciudad, no sé qué hacía a esas horas una niña de su edad, y la verdad es que me llamó mucho la atención.
Yo la vi desde la ventana y me decidí a bajar a la calle, a preguntar si se había perdido, si necesitaba ayuda. Al llegar a la puerta respiré profundamente, la abrí de golpe y una fuerte corriente de aire me revolvió todo el pelo como si fuera ese su único fin, con la gran destreza de los cabellos ya recorridos.
Miré a ambos lados de la carretera, primero derecha, luego izquierda. Resultó estar en el lado izquierdo, pero la verdad es que no creí estar segura hasta dar varios pasos hacia allí por la espesa oscuridad de la noche sin luna.
La única farola que funcionaba lo hacía como un intermitente y bañaba ligeramente sus rasgos.
-Perdona...¿Tes has perdido, necesitas ayuda?
La verdad es que hacía un frío arrogante, que se creía con derecho a helarme los huesos.
Le tendí mi mano a la pequeña y cuando me rozó una sensación de calidez me envolvió. Lo siguiente que ocurrió es algo que me resultó un poco confuso, y en lo que pienso día tras día.
Ella me tomó la mano sólo por el dedo pulgar y juntó el resto de mis dedos con su otra mano. Su mano dibujó la misma figura y la verdad no entendía lo que estaba haciendo.
La vi sonreír mientras miraba la sombra que formaban nuestras manos a causa de la luz intermitente, la de una paloma.
Ella se me acercó y me susurró al oído "A veces sólo necesitamos de un apoyo para poder volar, ¿sabes?", y se fue, igual que había venído, cargada de misterio, pero tras dejar en mí un sabio consejo inocente.

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