martes, 26 de abril de 2011

Dejemos que las teclas bailen.

Verán, hoy es un día típico.
Un martes que debería ser en mi calendario domingo.
Todo lo que hago es echarte de menos, y lo más práctico que se me ocurre es buscar mil poemas, intentar refujiarme en rimas consonantes que me parezcan ingeniosas, y sobre todo preciosas.
La verdad es que no tiene nada de especial este día, pero quería escribir sobre él.
Ha pasado casi que sin pena ni gloria, he hecho lo típico: Levantarme, dibujar, mancharme hasta las entrañas de pintura, una ducha, hablar contigo y echarte de menos.
Me resulta extraño con qué facilidad se depende de otra persona, y lo fuerte que puede llegar a convertirse ese vínculo.
Y creo que sigo escribiendo simples frases que son imposibles de encajar, que escribo sin más, tecleando sin saber qué tecleo,
Tal vez es que me gusta el sonido de mis teclas amigas.
Puede.
Tal vez.
¿Quién sabe?

Creo que esto se me queda un poco cojo, para acabar bien la entrada, adjuntaré un poema, creo que sería lo más lógico.
Pues bien, ahí va:

Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para él solo... Pero no pudo ser.

Y hoy llegas tú a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.

Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
Quisiera retenerte para toda la vida...
¡Pero no puede ser! ¡Pero no puede ser!

Pema del fracaso - José Ángel Buesa.

jueves, 21 de abril de 2011

Concédanme el honor de hacerme pasar por metafísica.

Hoy me siento filósofa, hoy me siento con ganas de preguntar, sin necesidad de buscar con demasiado ahínco las respuestas.
Verán, he hecho un descubrimiento: Una persona que no conoces puede llegar a ser tu mayor apoyo en un lapso indefinido de tiempo.
La verdad es que no es ninguna proeza el haberse dado cuenta de algo tan banal, pero el caso es que nunca lo planteamos así, siempre decimos eso de.. "si es que han sido tantos años juntos, era inevitable que no nos diera por querernos tanto."
¿Alguna vez habéis oído a alguien plantearlo a la inversa? ¿Alguien que no valore a las personas por lo que ya le han aportado, si no que las valore por lo que le pueden llegar a aportar?
Verán, yo soy de ese tipo de personas, y a día de hoy quiero realizar la siguiente pregunta: ¿De veras crees que vale la pena simplemente valorar lo que ya tienes?

lunes, 18 de abril de 2011

Como lo llamaría Benedetti, "Amor de tarde."

LoveCompletly♥.
¿Sabes cuándo llega ese momento en el que ya no  distingues si lo que vives es sueño o es simplemente una maravillosa realidad?
¿Cuándo podemos decir que nos sentimos totalmente realizados, completos?
La verdad son preguntas que siempre me han estado rondando, como acechando, tratando de buscar mi momento de mayor flaqueza e irrumpir con arrogancia en mi mente adolescente.
Pero creerme cuando digo que siento que estoy completa, aunque no haya forma física de saberlo.Porque, sinceramente, me siento realizada desde hace más de un año y medio.
Tal vez el secreto es, como dice Shinoflow, en encontrar a tu media naranja, pero no explrimirla.

domingo, 17 de abril de 2011

Volemos, anda.

Bien, primera entrada.
La verdad es que no sé muy bien qué poner, o qué se suele poner, pero varias personas ya me han recomendado que me haga un Blog, y he visto unos pocos, me han gustado bastante, y aquí estoy.
Así que espero que con el tiempo empiece a dominar esto, lo más pronto posible esperemos, y que nada, para no dejar esto un poco insustancial, voy a meterle un mini relato, que escribí hace no mucho, y del que estoy algo satisfecha.

Tendría unos ocho años e iba andando por las calles nocturnas de mi ciudad, no sé qué hacía a esas horas una niña de su edad, y la verdad es que me llamó mucho la atención.
Yo la vi desde la ventana y me decidí a bajar a la calle, a preguntar si se había perdido, si necesitaba ayuda. Al llegar a la puerta respiré profundamente, la abrí de golpe y una fuerte corriente de aire me revolvió todo el pelo como si fuera ese su único fin, con la gran destreza de los cabellos ya recorridos.
Miré a ambos lados de la carretera, primero derecha, luego izquierda. Resultó estar en el lado izquierdo, pero la verdad es que no creí estar segura hasta dar varios pasos hacia allí por la espesa oscuridad de la noche sin luna.
La única farola que funcionaba lo hacía como un intermitente y bañaba ligeramente sus rasgos.
-Perdona...¿Tes has perdido, necesitas ayuda?
La verdad es que hacía un frío arrogante, que se creía con derecho a helarme los huesos.
Le tendí mi mano a la pequeña y cuando me rozó una sensación de calidez me envolvió. Lo siguiente que ocurrió es algo que me resultó un poco confuso, y en lo que pienso día tras día.
Ella me tomó la mano sólo por el dedo pulgar y juntó el resto de mis dedos con su otra mano. Su mano dibujó la misma figura y la verdad no entendía lo que estaba haciendo.
La vi sonreír mientras miraba la sombra que formaban nuestras manos a causa de la luz intermitente, la de una paloma.
Ella se me acercó y me susurró al oído "A veces sólo necesitamos de un apoyo para poder volar, ¿sabes?", y se fue, igual que había venído, cargada de misterio, pero tras dejar en mí un sabio consejo inocente.